El hada Sus, da una lección sin pretenderlo. Consciente de sus límites, se presenta a un concurso con una propuesta que despierta primero burlas y al final admiración.
El hada Raclet, siempre encuentra un motivo para estar disgustada; sin embargo, sus amigas le hacen ver que existen muchas razones para ser feliz y estar agradecida.
El hada Valentina, se deja convencer por los miedos de la ardilla, hasta que decide remediarlo y descubrir el origen del temor para darse cuenta de que no había motivos para inquietarse.