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JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN

Martes 30 de Agosto de 2016

Este jueves 1º de septiembre se celebrará por segundo año consecutivo en Argentina y el mundo la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. La misma fue instituida fue instituida por el Papa Francisco, en el 2015, para ofrecer “a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos”.

Este año, la Jornada invita particularmente a dar gracias por la creación recibida como don y sustento, pedir perdón por los daños, los abusos y el olvido de los más débiles y comprometernos a proteger la Tierra y la Vida.

“La crisis ecológica nos llama a todos a una profunda conversión espiritual, porque está en peligro la existencia misma de la familia humana. El desafío urgente de cuidar nuestra "casa común" nos invita a unirnos todos en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral y a rezar juntos, cada uno según su propia tradición”, se indicó desde la organización de la convocatoria motorizada por la  Conferencia Episcopal Argentina a través de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.

Un gesto concreto de esta Jornada, será la Celebración Interreligiosa que se realizará el mismo jueves 1 de septiembre a  las 17.00 hs en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, Bolívar 225. CABA

A la  iniciativa se suman otros organismos de la Iglesia en Argentina como la Comisión Episcopal de Pastoral Social, el Departamento de Laicos, la Acción Católica Argentina, la Comisión Episcopal de Ecumenismo, Relaciones con el Judaísmo, el Islam y otras religiones, junto a un gran grupo de organizaciones de distintos credos y de la sociedad civil

En la Carta del Papa Francisco en la que instituye la Jornada, el Santo Padre  recuerda que “como cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad. Para ello debemos ante todo extraer de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión por el cuidado de la creación, recordando siempre que, para los creyentes en Jesucristo, Verbo de Dios hecho hombre por nosotros, «la espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos rodea»  De hecho, «vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana».