Noticias

¡Feliz día a todos los Catequistas!
La asombrosa gracia de enseñar

Jueves 18 de Agosto de 2022

Del libro

¿Te has preguntado alguna ves: "¿para qué hago esto?", mientras te dirigías a encontrarte con tus catequizandos? Si lo hiciste, te sucede lo mismo que a la mayoria de los catequistas. cada tanto, nos abruma la rutina o nos sentimos cansados de poner tanta energía en la preparación y presentación de clases que resulten interesantes y formativas. Sentimos como si nuestras energías creativas se agotaran. Hasta llegamos a sentirnos físicamente exhaustos. Podemos orar, junto con el salmista: Señor, ten piedad de mí, porque me faltan las fuerzas... (Sal 6,3).

Y sin embargo continuamos, porque de tanto en tanto vemos a nuestros alumnos "crecer y resplandecer" en el proceso de ser catequizados. cada tanto percibimos que estamos haciendo algo maravilloso, y esa percepción es suficiente para sostenernos y hace que todo valga la pena. estamos ayudando a construir el cuerpo de Cristo: Él comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo... ( Ef 4, 11-12)

Como catequistas, mostramos nuestro amor mediante la voluntad de entregarnos para alimentar el crecimiento espiritual de otros, así como el nuestro propio. Quienes trabajan con niños y jóvenes, catequizan en la esperanza de que sean como "plantas, florecientes en plena juventud" (Sal 144 (143),12)