San Pablo

Señor Jesucristo, Maestro y Pastor nuestro, tú que eres el Rostro de la Misericordia del Padre, acompaña y bendice de manera especial al Padre, que provedentemente es mi confesor.

Tú, el Maestro divino, derrama sobre él los dones del Espíritu Santo, para que pueda aconsejar con sabiduría, acompañar con prudencia y guiar con tu ciencia.

Tú, Pastor misericordioso, fortalece su corazón y hazlo a imagen del tuyo, para recibir a todos con ternura, con caridad y dedicacion pastoral.

Tú, Amigo y Sumo sacerdote, acompaña su ministerio, repara sus fuerzas al final del día, sé para él la constante alegría de su vida.

Que tu bendicion llegue a todos los confesores, y que en los confesionarios de las iglesias haya cada vez más pastores según tu corazón.

Amén.