Hna. Evelin Villarroel, SJBP

Con el salmista deseo bendecir al Señor por tanto bien recibido y su inmenso amor. Soy Evelin Villarroel, tengo 27 años, nací en la provincia de Salta, Argentina.

Crecí en el seno de una familia católica donde acogí la fe como don. Desde pequeña participé en grupos como infancia misionera y catequesis. Creo que allí se fue gestando mi vocación, en un deseo de servir, ayudar a los demás, etc. Pero aún no podría vislumbrarlo como "vocación religiosa".

El tiempo fue pasando y aunque por algunas circunstancias me alejé de la iglesia, este sentimiento volvió y sutilmente el Señor me regresó al redil. Él se valió de varios medios para hacerlo, poco a poco fui prestando diversos servicios en grupos parroquiales, retiros, misiones, etc. Hasta conocer a las Hermanas de Jesús Buen Pastor. Parecía que a pesar de todo lo que hacía y lo bien que me sentía con ello, no podía acallar lo que llevaba dentro, había algo más para mí y lo sentía aún más en la cercanía con las hermanas.

Esta búsqueda y discernimiento, el deseo de la entrega, de una consagración total a Dios, la vida gestada por el reino, emppezó a tomar forma y decidí ingresar en la comunidad, porque sentía que lo que Dios había inspirado en nuestro fundador, el beato Santiago Alberione, para nosotras, era aquello que yo deseaba vivir, cómo me veía, cómo quería entregar mi vida "siendo madre, hermana de todos, viviendo en la alegría y entrega mi consagración" en comunión con las hermanas.

Hoy habiendo realizado mis primeros votos como hermana pastorcita, me inunda el corazón de gratirud y alegría. Creo en que Dios no abandona la obra de sus manos y que siempre nos dará la gracia para vivir aquello que nos pida. No deseo más que como María poder decir siempre ¡Hágase en mí! y gozarme en saber en éste su cacharro de barro, Él encuentra su morada.