San Pablo

Con Cristo Maestro, camino, verdad y vida, iniciamos el ejercicio de la santa Cuaresma, un tiempo litúrgico que mira hacia la Pascua y tiene en ella su objetivo. Los medios tradicionales y siempre actuales para transitar el desierto cuaresmal son la oración, el ayuno y la limosna, tres ejercicios ascéticos que nos hacen replantear nuestra relación con Dios, con nosotros mismos y los hermanos. Las lecturas bíblicas de la celebración nos adentran en un ambiente penitencial que tiene como sustrato la voz amorosa de Dios llamando a la conversión. Es el tiempo favorable, la oferta imperdible de salvación. Que de la mano de Jesús camino, nuestro ayuno nos purifique de todo lo que no es de Dios; acompañados de Jesús verdad, la oración nos dé la luz necesaria para seguir sus huellas; y que el Señor de la Vida nos impulse a amar a los hermanos, donándonos a ejemplo del buen Pastor, que camina decidido a Jerusalén.