San Francisco de Asís trató a todos los seres vivos como hermanos y reconoció en cada uno de ellos, desde los más pequeños a los más poderosos, la presencia del Creador.
Cada vez que lo rezamos o lo cantamos, su Cántico de las Creaturas nos enseña a agradecer el amor infinito de Dios y a honrar la vida en todas sus formas.
Algunos datos biográficos de San Francisco y hermosas ilustraciones, acompañan el texto, invitando a los más pequeños a respetar y amar la creación de Dios.