Dios puede transformarnos y sanarnos de diversas maneras, pero, cuando leemos las Sagradas Escrituras, constatamos que el medio privilegiado que él mismo nos ha enseñado es el camino de la oración: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá."
Es por eso que, a través del santo rosario, orado con el corazón y dejando que ilumine nuestra historia personal, nos abrimos a las restauración que Dios quiera realizar en nuestras vidas.