Las almas benditas de nuestros difuntos no sólo quieren nuestra oración, sino que también nos pueden ayudar en las necesidades diarias, intercediendo por nosotros ante Dios, así como nosotros intercedemos por ellas.
Este rosario quiere animarnos a que, confiando en el poder de tu oración, intercedamos a fin de que nuestros ancestros y las personas que no conocemos y que aún se encuentran en estado de purificación, puedan participar de la alegría y del amor divino.
Sobre el Autor
El padre Gustavo Jamut, sacerdote de la Congregación Oblatos de la Virgen María, nació en Buenos Aires en 1959. Fue ordenado sacerdote en 1987. Desde hace años se desempeña como rector de la comunidad porteña religiosa Oblata de San Roque y es asesor nacional de la Renovación Carismática Católica. Además, es fundador y animador de la Comunidad Evangelizadora "Mensajeros de la Paz".