Querida santa Teresita, la Iglesia necesita hacer resplandecer el color, el perfume, la alegría del Evangelio.
¡Mándanos tus rosas!, Ayúdanos a confiar siempre, cono tú lo hiciste, en el gran amor que Dios nos tiene, para que podamos imitar cada día tu caminito de santidad.
Amén.
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