Si en la celebración cristiana Cristo se hace efectivamente presente no sólo en las especies eucarísticas, sino también en la proclamación de la Palabra, ¿por qué el ministerio del lector ha sido siempre tan descuidado? En esta obra, Mitch Finley nos ayuda a comprender y valorar la importancia de aquél ministerio, para poder llevarlo a cabo con dignidad y provecho para la comunidad.