La Virgen María nos enseña que, el acercarse a Dios, es un proceso permanente; un movimiento del alma que ha de durar toda la vida, y que el medio para caminar hacia él es la oración.
Para cada dificultad, Dios propone una solución; para cada interrogante, él ofrece una respuesta. Sólo tenemos que descubrirlos, comprometernos según nuestras posibilidades y poner manos a la obra. Dios y la Reina de la Paz se ocuparán del resto…
Datos sobre el autor:
Gustavo E. Jamut, sacerdote de la Congregación Oblatos de la Virgen María, es asesor arquidiocesano de la Renovación Carismática Católica de Buenos Aires. Dicta conferencias, seminarios y retiros en todas las provincias argentinas y de otros países, entre ellos, las comunidades latinas de Estados Unidos. En sus presentaciones profundiza en la formación de los agentes pastorales, especialmente los que se dedican a la evangelización, con una visión integral del hombre.