ENREDANDO PRÁCTICAS

“En sociedades signadas por la desigualdad social, atravesadas por una profunda crisis de representación y legitimación política, la comunidad es espacio de encuentro, lugar donde se construyen las identidades, se unen experiencias y se conforman modos de relación capaces de activar formas de hacer colectivas. En este marco, las organizaciones comunitarias asumen el rol de promover los derechos vulnerados de la gente, fortaleciendo el tejido social y el ejercicio de la ciudadanía. Son facilitadoras del diálogo en el espacio público y dinamizadoras de la democracia”, expresan las autoras en el inicio de este libro.
La comunicación, concebida como un derecho humano fundamental, como acción e interacción, constructora de vínculos y proyectos, constituye una herramienta clave para pensar y favorecer esos procesos. Palabra que, hecha acción, tiene fuerza transformadora porque permite abrir y sostener diálogos, edificar y visibilizar las acciones colectivas. “El encuentro, la participación, las conversaciones, las negociaciones y la acción conjunta con otros no son la respuesta a todos los problemas organizacionales y comunitarios, pero son instancias de comunicación fundamentales para comenzar a expresarlos, ponerlos en común, discutirlos, darlos a conocer y unirse para encontrar posibles maneras de enfrentarlos”.

Teresita Vargas - Natalia Zapata

153