UN HOMBRE LLAMADO VIKTOR

Un hombre llamado Viktor. No más que eso. No más que un hombre que vivió buscando algo. Culminar su obra. Una obra rica en conte­nido y sentido, plena en matices colmados de valor. Una obra que no sólo lo enriqueció a él, sino a todos los que tomaron contacto con ella, sintiendo el influjo de su mensaje, cálido y firme, tierno y severo, conmovedor y estimulante. Una obra coherente y consistente, sencilla y profunda, común y trascendente. Este trabajo es un humilde tributo, un reconocimiento a esa obra, la suya, aquella que no deja de conmovernos y apelarnos para que cada uno de nosotros culmine la propia. Un hombre llamado Viktor. No más que eso. Un buscador de sentido que pudo descubrirlo en su compromiso con alguien y con algo. La gran obra de este hombre llamado Viktor ha sido su propia vida. Sus vínculos, sus decisiones, su audacia, su entrega, la superación de sus angustias, su humor más allá del dolor y el llanto, su compromiso con la vida, la congruencia entre sus creencias y sus acciones, el amor dado y recibido, su optimismo trágico, la grandeza del perdón, la entereza ante un pasado impreso para siempre en su propia piel, el dolor transformado en amor por una mujer de maravillosos ojos negros, y la humilde generosidad de quien tiene mucho en las alforjas de la vida y quiere vaciarse en la entrega, antes de iniciar su último viaje. Sus libros, conferencias y teoría, son tan solo una parte de "su obra", aquella que hizo trascender la figura y el nombre del Prof. Dr. Frankl. Pero este hombre llamado Viktor, trasciende por una obra mucho mayor, más holgada que su teoría y sus libros. Trasciende por una vida plena de sentido que me conmueve como hombre y que pretendo, con sencillez, tributar con este libro, a 10 años de su fallecimiento. Claudio García Pintos.

Claudio García Pintos

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